El maíz es una planta ancestral de América, la misma ha sido domesticada por los pueblos originarios para transformarse en el "Sustento de vida" en todas sus variedades, respetando la biodiversidad del entorno ha sabido nutrir al ser humano por cientos de años en armonía.
Con la llegada de los españoles a América, esta forma de ver fue cambiando y dado que se necesitaba mayor cantidad de alimento, las variedades de maíz por no ser todas igual de productivas y comercializables, fueron perdiéndose, predominando actualmente el maíz amarillo, con un tipo de semilla genéticamente modificada, que soporta la fumigación y permite que la misma crezca en vastas extensiones como monocultivo.
Así como se pierde la diversidad del maíz, asi se pierde la diversidad del lenguaje, de las pieles, de las formas de ver al mundo y las cosmovisiones, llevando a una unificación del criterio de "verdad" del que gana, quien la cuenta.
Este criterio también es trasladable al de belleza de los cuerpos, buscando una hegemonía en la apariencia para poder ser aceptado en una tierra en la que todo lo que crece es único y salvaje.